Más vale que Junior vuelva conmigo
29 de octubre de 2025
La segunda entrega de la saga Side Pocket me ha resultado entretenida y muy chill, podría considerarlo casi un cozy game.
El modo historia nos pone en la piel de Minnesota Fats, un mítico jugador norteamericano de billar que quiere recuperar su reputación. No lo tiene fácil: su gran rival, el tramposo Big G, ha vuelto y además su ojito derecho, Junior, le ha traicionado. ¿Podremos ayudarle?
El juego es muy completo, ya que además de este modo contiene torneos y un divertido Trick Game, donde tendremos que ingeniárnoslas para completar los numerosos retos.
El ambiente relajado del juego. No nos mete prisa ninguna, pudiendo planificar nuestras jugadas con tranquilidad.
La música nos sumerge rápidamente en el mood del juego y, además, contiene una gran variedad de temas.
Que podamos elegir la parte de la bola donde golpear nos permite hacer diferentes efectos, como por ejemplo que la bola salte.
Se agradece el modo a dos jugadores. Si no tienes un billar real cerca, es una buena forma de echar un rato con tus amigos.
Poder disfrutar y explorar estilos de juego diferentes al Bola 8. Tanto en el modo VS como en los torneos podemos jugar a Bola 9, Rotation, One-pocket, 14.1 continuous, entre otros.
La IA de los contrincantes pierde metiendo la bola negra con bastante frecuencia. Por ejemplo, en una de mis primeras partidas, los tres primeros personajes a los que nos enfrentamos metieron dos bolas negras cada uno.
Me habría encantado una pequeña explicación de cómo jugar a cada una de las diferentes modalidades. Veo una oportunidad desaprovechada en el modo Entrenamiento.
Que no haya posibilidad de salir de la partida una vez estás jugando para ir al menú principal y probar otro modo, por ejemplo. Es necesario reiniciar la consola para hacerlo.
El sistema de “tira y afloja” para vencer a un contrincante en el modo historia. En lugar de un “mejor de tres” como en los torneos, el modo historia puede hacerse infinito y resultar pesado.
La inteligencia de los oponentes no es muy consistente en ocasiones. A veces fallan cosas muy sencillas y, de repente, te hacen carambolas imposibles. Da la sensación de que te están haciendo trampas, aunque quizás sea justo lo que pretende el juego: reflejar la típica trampa de un pool hustler.